
El rey y el papa
Política y diplomacia en los albores del Renacimiento
(El siglo XV en Castilla)
Óscar Villarroel González
(Extracto del libro)
El reinado de Enrique III comenzó con una complicada situación internacional que afectaba directamente a las relaciones con la Iglesia y el Pontificado. El Cisma de Occidente tenía más de diez años de antigüedad y la solución no se veía ni fácil ni próxima. Su inicio parecía ya lejano y Enrique III se encontraba, al iniciar su gobierno, in media res. La Corona castellana durante la minoría y el reinado personal de este monarca estaba llamada a jugar un importante papel en la lucha por su conclusión. Además, su propia capacidad de acción se veía perturbada como resultado de la problemática situación exterior del reino, por las consecuencias de la intervención en Portugal y la derrota deAljubarrota. Todo ello tenía cierta influencia en la política castellana con respecto al cisma, puesto que el reino luso era firme defensor de Urbano, papa romano. A esto se unirían los problemas con Inglaterra (en los que también podía tener cierta peso ideológico la cuestión del cisma, pues este reino también era urbanista), como remanente de la guerra civil castellana, y que había marcado todo el reinado de Juan I desde 1385, llegando, incluso, a la invasión inglesa. Así pues, la situación internacional que se planteaba al inicio del reinado de Enrique III era ciertamente difícil.
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